Roma Clásica
La edad Republicana (509 – 27 AC)
Hasta el final del siglo VI AC, Roma ha hecho un relevante paso aboliendo su sistema real mediante la institución de un nuevo orden político, la republica, que preveeba la sustitución de los reyes por una clase de magistrados menores, elegidos cada año por todos los ciudadanos hombres. Los cónsules escogeron una consulta, el Senado, en principio ad hoc, en seguido según precisas calificaciones (propiedades terrenas, servicios políticos y militares). En este período Roma empezó a extender su dominación sobre las tierras colindantes, llegando a ser progresivamente, capital de Italia y, después, del Mediterráneo.
Arqueologicamente, las únicas características de la Roma de los siglos V y IV AC son algunas partes de las murallas de la ciudad, reconstruidas en forma moderna alrededor de 378-350 probablemente según el modelo del circuito del principio del siglo VI. Sobreviven sólo pocas ruinas de esta obra de fortificación larga 11 km, extendida sobre el septimo cerro, y todavía son visibles cerca de la Estación Termini. El resto es siempre un vacío excepto la primera fase de los dos templos en S. Omobono y el conocimiento que la grande casa del siglo VI en la parte al norte del Palatino permaneció ocupada. De recursos escritos sabemos que fueron construidos por lo menos 10 templos importantes, incluidos los dos en el Foro (Saturno y Castor), el primer de los mayores aqueductos fue instalado en la ciudad, y la prima calle famosa de Roma, la Calle Appia, fue terminada. Al sur la calle principal hacía los nuevos territorios, de metal hasta Capua alrededor de 312 AC, fue extendida hasta Venosa en 291 y también hasta Tarento en 272. El primer aqueducto y la calle Appia fueron construidos por el censor Appius Claudius. La construcción de calles y aqueductos siguió en todas las edades Republicana y Imperial en concomitancia con la ampliación y el desarrollo de la ciudad.
De sus origenes, la arte producida en la ciudad y difundida en las colonias ha habido una finalidad más práctica que estética. Sobre todo en la arquitectura, los Romanos han mostrado ya del principio una tendencia militar y funcional. El típico ciudadano Romano es un militar y su interese es por lo mayor vuelto a la utilidad de las obras, no a su belleza. Debido a la conquista del mundo Mediteráneo, incluida Grecia, los Balcanes, Asia Menor, Africa del norte, y gran parte del Egeo, la cultura y hermosos productos artísticos empezaron a difundirse en la ciudad. Sobre todo la Grecia y la Asia llevaron la mejor cultura contemporánea Helénica Griega y su exponentes (filósofos, poetas, dramaturgos, doctores, profesores, matemáticos, astrólogos, y todos tipos de especialistas) con numerosas obras de arte: pinturas, tapicerías, muebles y bibelotes, estatuas de piedra, bronce, madera, marfil, y metales preciosos.
Construcciones públicas en Roma hacía el fin del siglo III AC, cuando no eran reconstrucciones de las murallas de la ciudad, eran sobre todo templos, eregidos en honor de los dioses encargados de defender y protegir los Romanos en período de guerra u otras crisis. Casi todo los generales Romanos empezaron a ejercitar el derecho de eregir templos en honor de sus victorias. Podeban facilmente financiar las construcciones, obteniendo prestigio para ellos mismos y las futuras generaciones de sus familias. Algunas fortalezas como los templos de las victorias son registradas en los recursos escritos. Fragmentos del Templo de la Victoria en el Palatino y de los cuatro Templos en el Largo Argentina son todavía visibles. Pero la situación empezó a volver en el siglo II AC, cuando además de la típica construcción de templos, apareceron en la ciudad dos nuevas formas de construcción monumental pública, el pórtico y su estrecho pariente la basilica. Fueron construidas nuevas zonas portuarias y aparatos portuarios para el Tiber, incluido el Pórtico Aemilia (174 AC), fueron arreglados los principales sistemas de drenaje, y la pavimentación de las calles fue introducida en vasta escala. Para facilitar el cruzamiento del río, los Romanos aplicaron sus habilidades arquitectónicas en la construcción de muchos puentes nuevos, como el Puente Emilio (142 AC), de la aisla Tiberina, y el Puente Milvio (109 BC), en el norte de la ciudad. Otros puentes eregidos para conectar la ciudad con las aislas son los Puentes Cestius y Fabricius que pertenecen al siglo I AC. La mayoría de las construcciones fueron eregidas en honor de los patrones, como la Pirámide Caestius, construida en 330 días como tumba del pretor Caius Caestius Epulone. Para la diversión de la gente fue construido entre el Aventino y el Palatino, en el siglo II AC, el Circo Flaminio. La área ancha 600 metros hospitaba diferentes exibiciones de atletas que podeban ser admiradas por el público sentado en los peldaños alrededor el circo. Otro hermoso monumento eregido durante la edad Republicana fue el Teatro de Pompeo (55 AC), el primo teatro permanente en Roma. Arquitectos y ingenieros emplejaron piedras de mejor cualidad –tufo compacto de Anio y Monteverde, el duro peperino de los cerros Albanos y Gabii, la piedra cenagosa de travertino blanco de las llanuras debajo Tivoli. Empezaron también a explorar la posibilidad de emplejar el hormigón. A partir del fino de 140s AC el primer templo fue construido completamente de mármol blanco, importado en todo el mundo de la Grecia. Pero la mayor obra de la edad Republicana es el Foro Romano, una vasta área a los pies del Palatino que entre los siglos IV y I AC llegó a ser el centro de la vida pública Romana. El foro fue enriquecido mediante la construcción de templos, tabernáculo, y basilicas sobre todo bajo el gobierno de Julio César. Durante su breve subida hacía el poder total en 48-44 AC, César ha habido grandes ambiciones para ello mismo y la ciudad, incluida la desviación del curso del Tiber tan que la llanura al norte de la ciudad (los Campos de Martes) llegó a ser habitable. Ordenó proyectos y reconstrucciones en el Foro, construyendo una nueva basilica (la Julia), desplazando el sitio del Senado y la plataforma para las oraciones, y abriendo una nueva plaza en el norte del Foro. No obstante los Romanos amaban considerarse simplemente campesinos-soldados para los cuales la arte y la elegante arquitectura eran un lujo en todos los campos excepto la veneración de los dioses, la riqueza llevada de las nuevas conquistas influenció notablemente los costumbres de esta gente simple. Los Romanos ricos embelleceron sus casas por nuevas lujurias, como las columnas monolíticas y estriadas de resplendientes piedras coloradas importadas. Apareció una extraordinaria forma de pintura mural ilusionista (el así llamado Segundo Estilo), que decoraba las salas principales, las comedoras, y las cámaras de las casas aristocráticas con una variedad de esquemas arquitectónicos.